desbordamos esa vieja falda
en el cuarto
de los retazos
cuando
nuestras manos zigzageaban
nuestras
voces anochecidas
buscaban un
apoyo para sostenerse
encontramos
la mesa
una vieja
singer
aguardaba boca abajo
amenazando
con zurcirnos
por los
calzones
unirnos
como los perros
ambos queríamos
que sus agujas
nos picaran bien
fuerte
para sentir
sus sedas bien dentro
para no
estar nunca más desnudos
sangrar la
fabrica que nos robábamos
y enfrentarnos
a tu padre
como los
perros pero no desnudos
desnudos
pero no ladrones
ladrones
pero no niños
Fotografía de Ernst Haas, New Orleans