jueves, 11 de julio de 2013

Esa vieja falda



desbordamos esa vieja falda
en el cuarto de los retazos
cuando nuestras manos zigzageaban
nuestras voces anochecidas
buscaban un apoyo para sostenerse
encontramos la mesa
una vieja singer
aguardaba boca abajo
amenazando con zurcirnos
por los calzones
unirnos como los perros

ambos queríamos que sus agujas
nos picaran bien fuerte
para sentir sus sedas bien dentro
para no estar nunca más desnudos
sangrar la fabrica que nos robábamos
y enfrentarnos a tu padre
como los perros pero no desnudos
desnudos pero no ladrones
ladrones pero no niños

















Fotografía de Ernst Haas, New Orleans

viernes, 25 de enero de 2013

Sueños




Soñé que algunos amigos me soportaban porque tenía bonito culo. Y me lo decían así, mientras yo rebuscaba la basura en un descampado que hedía a cosas oscuras y del pasado. Me sentía como uno de esos maniquís que hay en las vitrinas de algunos pueblos donde la moda no cambia; y, entonces se llenan de polvo como si se tratará de un tipo de canicie de la ciudad o de los que allí habitan. 
Soñé que me sentía pesado y avanzaba por ese destierro como un golem. Sentí que me había revolcado en un talco de piedras pulverizadas. Como si se me hubiera pegado una coraza dura de las cenizas de un rito purificador. Un rito donde unas rodillas endurecidas como piedras tras haber caído y alzado en ese gesto humilde pero heráldico, unos puños resquebrajados y una espalda naufragada se disociaban hasta la atomización en un polvo blanco sangrante. Y caminaba hacia el horizonte mientras caía a pedazos ese envejecimiento y ya no hacía caso mientras me llevaba hacía ese crepúsculo que iba apagando las voces y los fuegos de los escombros.



viernes, 18 de enero de 2013

Pregunta

Leo una de las tantas preguntas que un grupo de lectores le hicieron a un escritor "Best Seller", y me recuerda a lo que me digo antes de abrir un libro: "Si, compró más libros de los que alcanzo a leer"
<<(..) ¿Sabe que una persona muy muy lectora sólo lee 3.600 libros en su vida (es un máximo)? ¿Qué siente cuando ve que ya son 300.000 los ejemplares vendidos de su novela? ¿Qué siente cuando 300.000 le han elegido a usted?>>

miércoles, 16 de enero de 2013

Medica


y le tocan más exámenes. siento que me los hacen a mi. y sus dolores también me duelen, y resuenan sin escapar en el bucle hipnótico de mis huellas dactilares. hace poco habíamos hablado de las huellas, o si constituían alguna especie de destino. ese caracol orgásmico de dudas del que emerge una silueta que me reclama una atención de memoria háptica, no la veo no la recuerdo la toco.

Sufro su fiebre y el sudor de su cuerpo en mis manos. Vulcetich y Hoover, pensaban que uno imprimía su identidad en las cosas, que esas ondas geológicas emergidas desde quizá que volcán interior, donde vive un Hefestos hacedor de herramientas, no tenían posibilidad de cambio y constituían un fatum que aseguraba con una cuerda los movimientos de los dioses interiores. Circunscribiéndonos a una única dimensionalidad, o capacidad de experimentación: la de los actos, el movimiento de sí mismo en el tiempo. Quizá no cambien y se impriman en todo lo que toco, pero sus ondas se llenan y al final desaparecen ¿Me desaparecen? ¿Por qué desaparezco? ¿Son mis partículas en ella o la fiebre de ella en mi? ¿Son ambos fenómenos? 

Quizá esas ondas –no escondidas, ni escarbadas en el alma- son refugio de alguna de mis penas y mis glorias. No es el calor de la plancha que las borran, es el proceso de erosión humana, una torsión erótica efervescente. Te toco dulce, me lo permiten mis huellas, y quizá te toquen también las cosas más importante que soy. Y todas ellas reverberan como cuando te veía y no te tocaba, miro mis manos y en ella encuentro que te sostengo -los acantilados al borde de mis palmas se erosionan. Los rugidos de las ventiscas hacen eco en todas las escarpas y me siento al borde con esa angustia de no saber lo suficiente de ti.

miércoles, 2 de enero de 2013

Nuevo Año 20|♥


Hoy por la mañana antes de la reunión ejecutiva, me siento en mi oficina y arranca en mi cabeza el año:

20|♥

Me abro el tiempo en el calendario, rápido, precipitado. No doy espacio a esperanzas o posibilidad de años, o para socialité, o lunas de miel que encolan falsos socialismos. Me abro espacio entre los cuerpos para llegar a mi voz. Que repito eficaz mientras caigo en posición de ataque. Resuelvo un plan y aprieto sin concesiones ni efectismos, acelero. Boto de la mesa los días pasados y trazo una marca con el resuello de la memoria. Esa única cicatriz, runa eléctrica, axón que transmite el impulso activo entre pasado y presente: señala el nuevo comienzo y permite el potencial de acción entre desgarros desnudos. Aquí estoy, descifra que ruido es este que soplo nuevo en tu sien. Medita el ruido, mastica el ruido, agita tu lengua el ruido, hasta que brames esta ternura que traigo en mi garganta y tiemblen en tu alcoba tus dioses hogareños.